El latin es una lengua de la familia indoeuropea de la rama itálica que fue hablada en la antigua República Romana y el Imperio Romano desde el siglo IX a. C. Su nombre deriva de la existencia de una zona geográfica de la península itálica denominada Vetus Latium o 'Antiguo llano' (hoy llamado Lacio).
Ganó gran importancia con la expansión del estado romano, siendo lengua oficial del imperio en gran parte de Europa y África septentrional, junto con el griego. Como las demás lenguas indoeuropeas en general, el latín era una lengua flexiva de tipo fusional con un mayor grado de síntesis nominal que las actuales lenguas romances, en la cual dominaba la flexión mediante sufijos, combinada en determinadas veces con el uso de las preposiciones; mientras que en las lenguas modernas derivadas dominan las construcciones analíticas con preposiciones, habiéndose reducido la flexión nominal a marcar sólo el género y el plural, conservando los casos de declinación sólo en los pronombres personales (teniendo estos un orden fijo en los sintagmas verbales).[1]
Aunque el latín en su forma clásica actualmente no es la lengua nativa de ningún grupo y, por tanto, es una lengua muerta, éste dio origen a un gran número de lenguas europeas, denominadas lenguas romances, como el castellano, el francés, el italiano, portugués, el catalán, el gallego, el rumano, y otras de menor difusión (el asturleonés, el aragonés, el occitano, etc.), y también ha influido en las palabras de las lenguas modernas, como consecuencia de que durante muchos siglos, después de la caída del Imperio Romano, continuó usándose en toda Europa como lingua franca para las ciencias y la política, sin ser seriamente amenazada en esa función por otras lenguas en auge (como el castellano en el siglo XVII o el francés en el siglo XVIII) hasta prácticamente el siglo XIX.
Actualmente es idioma cooficial en la Ciudad del Vaticano junto al italiano. En la Iglesia Católica, se usaba como lengua litúrgica hasta el Concilio Vaticano II en los sesenta.[2] También se usa para los nombres binarios de la clasificación científica del reino animal y vegetal, así como para denominar figuras o instituciones del mundo del Derecho.
El estudio del latín, junto con el del griego clásico, es parte de los llamados estudios clásicos, y aproximadamente hasta los años sesenta fue estudio casi imprescindible en las Humanidades. El alfabeto latino, derivado del alfabeto griego, todavía es el alfabeto más usado del mundo con diversas variantes de una lengua a otra.
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